Cuidados para bañarse con un nuevo tatuaje
Inmediatamente después de realizar un tatuaje nuevo, probablemente te estas preguntando si es seguro o no darse una ducha o un baño. La respuesta corta es sí, puedes bañarte después de hacerte un nuevo tatuaje, PERO debes tener cuidado y hay algunas instrucciones que debes seguir para asegurarte de no dañar el tatuaje. En este artículo te mostraremos cómo bañarte de manera segura mientras el tatuaje se está curando sin causar ningún daño al mismo.
¿Cuándo puedes bañarte después de hacerte un tatuaje?
Una vez que hayas quitado la envoltura protectora de tu nuevo tatuaje (que el tatuador debería haberte aplicado antes de abandonar el estudio), deberías poder bañarte cuando sientas que estás listo para hacerlo, aunque algunos tatuadores sugieren que esperes al menos 24 horas antes de intentar ducharse.
Recuerda
Siempre es mejor escuchar a tu artista antes de todo, ya que siempre conocerán tu tatuaje mejor que nadie y, por lo tanto, siempre podrán aconsejarle la mejor rutina de curación para tu nuevo tatuaje.
Aunque puedes ducharte poco después de hacerte tu nuevo tatuaje, hay algunas reglas que siempre debe seguir para asegurarse de no arruinar el tatuaje de ninguna manera durante el proceso de la ducha. Debes recordar que el nuevo tatuaje es esencialmente una herida abierta y, por lo tanto, debe tratarse con el mayor cuidado en todo momento durante todo el proceso de curación del tatuaje. A continuación, os dejamos unos pasos para poder ducharte correctamente.
1- Ajustar la temperatura del agua y la potencia
Abre la ducha y deja correr el agua hasta que esté fría o tibia. Siempre revisa el agua con tu mano antes de entrar. No te metas en una ducha con el agua muy caliente con un nuevo tatuaje. Tu piel estará extremadamente sensible y el agua caliente causará dolor y picazón en el área, y posiblemente causará que la zona se hinche más de lo que ya puede estar.
El agua tibia / caliente también tiene la capacidad de abrir los poros de la piel, lo que puede ocasionar la pérdida de tinta y un tatuaje difuminado o en parches. Por esta misma razón, hay que asegurarse de que la ducha no esté preparada para expulsar el agua con mucha fuerza para evitar que el tatuaje entre en contacto directo con el chorro de agua. Los potentes chorros de agua podrían causar un picor excesivo en el tatuaje y posiblemente expulsar la tinta de esa zona de piel.
2- Mojar el tatuaje
Humedece con mucho cuidado la zona tatuada con el agua de la ducha. Nunca apliques agua directamente sobre el tatuaje con el cabezal de la ducha. En su lugar, asegúrate de que hacerlo con la mano y humedecer el área del tatuaje sin frotar. Con esto evitamos que la piel sensible tenga reacciones fuertes y que los chorros del agua no vayan directamente contra el área donde se encuentra el tatuaje.
3- Limpiar suavemente el tatuaje
Asegúrate de tener disponible un jabón sensible a la piel y sin perfume para limpiar el tatuaje. Recuerda siempre revisar los ingredientes para asegúrate de que no contengan ingredientes nocivos que sean dañinos para la piel con heridas, como el alcohol o las fragancias artificiales.
Puedes frotar muy suavemente el jabón sobre el área tatuada, asegurándote de quitar la mayor cantidad posible de sangre, tinta y plasma que se encuentra fuera de la zona principal del tatuaje. Una vez que el área esté limpia, vuelva a pasar agua con tus manos y asegúrate de que todo el jabón se ha quitado. Como alternativa, puedes limpiar tu tatuaje antes de meterte en la ducha, de esta manera puedes ser más cuidadoso y atento al tatuaje.
4- Salir rápidamente de la ducha
Una vez que se tu cuerpo este limpio, sal de la ducha lo más rápido posible. Es recomendable que las duchas sean lo más breves posible para que tu tatuaje quede expuesto al vapor, al agua y al jabón durante el menor tiempo posible. Cualquiera de estas cosas en exceso puede ocasionar problemas con el desgaste del tatuaje o la sensibilidad de la piel.
Demasiada agua puede saturar el área y diluir la tinta. Demasiado jabón puede secar el área o extraer la tinta de la piel. Y demasiado vapor puede abrir los poros de la piel y hacer que la tinta salga del área tatuada.
5- Secar el tatuaje
Debes tener mucho cuidado de no secar el área con la toalla que usas normalmente para secarse después de la ducha. Puede secar el resto de tu cuerpo con esta toalla, pero deja que el área tatuada se seque al aire de forma natural.
Recuerda que tu tatuaje todavía es una herida abierta y que tu toalla normal es probable que contenga muchos tipos de gérmenes y bacterias diferentes que son peligrosos para el tatuaje y pueden potencialmente causar una infección. Nunca frotes el nuevo tatuaje. Esto garantiza que no retires de forma accidental las costras o los trozos de piel que aún no están listos para desprenderse.
6- La hidratación del tatuaje
Después de que el tatuaje se haya secado completamente, es recomendable agregar una crema hidratante para tatuajes de buena calidad en el área para asegurarte de que no se seque demasiado. Las lociones para tatuajes también están llenas de vitaminas y minerales para ayudar a acelerar el proceso de curación.
Asegúrate de que tus manos están limpias antes de aplicar cualquier loción y de que solo aplica una capa muy delgada sobre el tatuaje. Una capa gruesa de loción puede asfixiar el área y prolongar los tiempos de curación. Hay muchas lociones específicas para tatuajes disponibles que ayudan a mantener el área bien hidratada y promueven una curación más rápida al contener ingredientes orgánicos de calidad.
Resumen
Esperamos que ahora te des cuenta de que ducharte con un nuevo tatuaje no debería ser un proceso difícil ni doloroso. Simplemente debes seguir cuidadosamente los pasos anteriores y asegurarte de tratar tu nuevo tatuaje lo mejor que puedas durante las etapas iniciales de curación del tatuaje.
Después de 2 o 3 semanas, una vez que tu tatuaje haya terminado de limpiarse y pelarse, deberías poder volver a tu rutina de baño habitual y comenzar a lucir tu nuevo tatuaje perfecto y maravillosamente curado.
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